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27 March 2014

Un 30% de las mujeres españolas sufren depresiones a consecuencia de sus problemas capilares

La alopecia tiene un fuerte impacto emocional entre los hombres y, sobre todo, entre las mujeres. Muchas veces se traduce en pérdida de la autoestima y de confianza, que a veces generan problemas depresivos y de ansiedad”, explica el doctor Víctor Salagaray,  especialista y pionero en la investigación y el tratamiento de los problemas del cabello.

Ahora mismo, a los 50 años de edad, el 50% de los hombres y el 50% de las mujeres sufren alopecia en España. Además, está apareciendo a edades cada vez más tempranas y está aumentando mucho el número de personas que la padecen por debajo de los 30 años, incluso antes de los 20.

La demanda de implantes capilares se ha triplicado en España en los últimos cuatro años. Este incremento ha sido especialmente importante en el caso de las mujeres. Hace apenas tres años, el 70% de los pacientes eran hombres. En 2014 prácticamente recurren a esta técnica la mitad de hombres y de mujeres.

Hay un componente psicológico muy importante. El doctor Salagaray, que ha acumulado más de 4.000 operaciones de microinjerto, asegura que “la alopecia se considera una enfermedad a día de hoy. No provoca una alteración en la salud física del paciente pero sí lo hace en la salud psíquica, que es muy importante. Un 30% de las mujeres que operamos, que seguían un tratamiento contra la depresión, lo abandonan tras la operación porque su problema venía de un trastorno obsesivo-compulsivo. La recuperación de la seguridad, la autoestima y de una vida normal juegan un papel fundamental en la superación de una enfermedad y la estética es clave en este proceso”.

Víctor Salagaray apunta entre las causas de este incremento femenino en los tratamientos capilares a dos motivos: por un lado, es un problema estético que preocupa cada vez más a las mujeres. Por otro, la incidencia de enfermedades que provocan alopecias se ha disparado totalmente, igual que crece mucho la alopecia común o androgenética, que es la más frecuente. A esto se suma el estrés laboral, que ha aumentado con la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo.

Diferentes soluciones
Hoy en día, todos los problemas del cabello tienen solución. Lo recomendable es acudir a un experto cualificado cuando se aprecie una caída del pelo exagerada y si falta cabello en alguna zona. Especialmente si en la familia existen antecedentes de problemas capilares”, explica Víctor Salagaray.

El primer paso fundamental es realizar un buen diagnóstico para definir el problema. “En la Clínica Salagaray trabajamos con endocrinos, ginecólogos y dermatólogos, entre otros especialistas, que nos ayudan a lograr un diagnóstico certero de manera que, si el paciente tiene que someterse a una cirugía, lo haga en las mejores condiciones, pero teniendo en cuenta qué enfermedad ha provocado esa alopecia y las soluciones más sencillas”, indica Salagaray.

A partir de ahí, buscan las mejores fórmulas para solucionar las secuelas que ha causado una enfermedad. Así, manejan el abanico completo de posibilidades. Siempre establecen una serie de escalones con el paciente, empezando por un tratamiento suave y natural; si no es suficiente, pasan a un tratamiento farmacológico, de ahí a la bioestimulación o la cirugía.

Además, con el diagnóstico adecuado, un enfermo que sabe de antemano que va a perder el cabello a causa de alguna patología  puede paliar los efectos a través de:

o   Hábitos dietéticos e higiénicos que favorecen la salud del cuero cabelludo y estimulan el crecimiento.
o   Uso de cosmética específica para cuidar la piel dañada y disimular las secuelas.
o   Antes de sufrir la pérdida, se puede realizar un estudio sobre su imagen para elegir las prótesis temporales adecuadas, no solo para la cabeza sino también para las cejas, una zona que influye mucho en el aspecto del paciente pero que pocas veces se trata.

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