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26 November 2013

Uno de cada cuatro profesionales sanitarios españoles padece hipertensión enmascarada

Una de cada cuatro personas que trabaja en el ámbito hospitalario presenta hipertensión arterial enmascarada (HTAE), en su mayoría hombres, según se desprende del estudio ESTHEN llevado a cabo por el Grupo de Trabajo de la HTA enmascarada de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).

La complejidad y relevancia clínica de este trastorno radica en su dificultad de diagnóstico, ya que como su nombre indica, las cifras elevadas de presión arterial permanecen “enmascaradas” durante la toma rutinaria de presión arterial en consulta. Así lo demuestra el trabajo hecho entre 500 profesionales sanitarios (médicos, enfermeros, auxiliares, administrativos…) con niveles normales de tensión arterial, de los cuales el 28% era hipertenso sólo durante los momentos de su jornada laboral.

El hecho de que este trastorno sea más común en población normotensa, con cierta tendencia a la pre-hipertensión, explica el doctor Javier Sobrino, primer firmante del trabajo, “ha impulsado la realización de este estudio entre el personal del hospital, ya que desde las Unidades de Hipertensión Arterial y desde la asistencia más hospitalaria es difícil llegar a la población normotensa”.

El estrés no ayuda
Otro estudio llevado a cabo en Corea entre empleados de la hostelería muestra una prevalencia similar a la reportada en el estudio español (25,6%). Aunque aún no se ha podido ver una relación directa entre estrés laboral e incremento de la presión arterial, en ambos perfiles profesionales se han apreciado casos de hipertensión durante las horas de trabajo.

En opinión del doctor Ernest Vinyoles, otro de los firmantes del estudio y miembro de la Junta Directiva de la SEH-LELHA, “existen ciertas profesiones en las que la alta carga tensional y de presión mantenidas en el tiempo hacen que se incremente el riesgo vascular asociado a la hipertensión arterial. Por lo tanto, establecer medidas de prevención en estos pacientes que sólo tienen elevada su presión en horas de trabajo, puede ayudar a reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares a largo plazo”.

Más allá del factor estrés, “lo que sí está claro es que la hipertensión enmascarada incrementa el riesgo cardiovascular y el daño de los órganos diana”, precisa este experto. Asimismo, se ha observado que con el paso de los años los hipertensos enmascarados suelen acabar siendo hipertensos convencionales, es decir, que presentan a la larga cifras iguales o superiores a 140/90 mmHg en la consulta.

Control durante 24 horas
La monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) está especialmente indicada en los hipertensos enmascarados. A diferencia de otras técnicas de medición, la MAPA registra los valores de tensión del paciente en diversas circunstancias y durante todo el día, incluso durante las horas de sueño. “La evidencia científica acumulada en los últimos años indica que la toma de la presión arterial en la consulta médica es insuficiente para diagnosticar y tratar correctamente a estos pacientes”, aclara el doctor Javier Sobrino

Por su parte, el doctor Vinyoles subraya la importancia de que estos pacientes entiendan que tiene poco sentido determinar la presión arterial en consulta, ya que las cifras son de normotensión. Por tanto y como medida complementaria a la monitorización ambulatoria recomienda la automedida de la presión arterial (AMPA) en el domicilio o durante las horas de trabajo. En ambos casos, aclara, “es importante que la automedida se realice en un momento tranquilo, pero representativo del ambiente laboral o del domicilio.

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