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27 September 2012

Sólo entre el 20% y el 30% de los profesionales sanitarios se vacuna frente a la gripe anualmente


 Publicar las tasas de vacunación frente a la gripe alcanzadas por cada centro y/o servicio hospitalario, incluir la Vacunología en la formación de todos los profesionales sanitarios o entregar información al respecto en las guías de bienvenida de los profesionales al hospital son algunas de las recomendaciones que proponen los expertos para aumentar la cobertura de inmunización en los profesionales sanitarios. Así se ha expuesto durante la Jornada “La vacunación del profesional sanitario: un compromiso con el paciente”, organizada por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), en colaboración con Sanofi Pasteur MSD, y que ha tenido lugar hoy en Madrid. Durante la misma, se ha presentado el documento ¿Qué falla en la vacunación del personal sanitario?, en el que se recogen un total de 16 recomendaciones para fomentar la vacunación en esta población.

Y es que en la actualidad, se estima que el promedio anual de los profesionales sanitarios que se vacunan frente a la gripe en Europa varía en torno al 20% y el 30%, unas cifras que el doctor Modoaldo Garrido, director Gerente del Hospital Universitario Fundación Alcorcón y delegado Territorial de SEDISA en Madrid describe como “muy bajas”. A este respecto, el doctor Angel Plans, presidente de la Sociedad Catalana de Seguridad y Medicina del Trabajo, añade que “existe una gran variabilidad dependiendo del tipo de institución sanitaria de la que se trate”. Además, según indica el Documento, también se observan diferencias por estamentos, una situación que se produce tanto a nivel europeo como mundial. De hecho, concretamente en España se estima que sólo el 16% de los médicos y el 11% de los profesionales de enfermería se vacuna, un porcentaje que se ha visto que aumenta en situaciones de pandemia.

Igualmente, ambos especialistas han coincidido en señalar que estas cifras varían en función de las facilidades con las que se encuentre el profesional sanitario a la hora de vacunarse. “La experiencia nos ha demostrado que cuando se oferta la vacuna en el puesto de trabajo, aumenta la tasa de respuesta de los profesionales”, concreta el doctor Garrido. Así, apunta a que “se debería valorar la concesión de algún tipo de incentivo, por ejemplo al servicio o unidad que consiguiera mayor tasa de porcentajes de vacunación, o bien incluir esta como parte de la evaluación de los objetivos anuales”.

La importancia de la vacunación en el profesional sanitario radica en que “un personal vacunado evita la transmisión de infecciones a pacientes susceptibles”, explica el doctor Garrido. Por su parte, el doctor Plans añade que otras razones son que el profesional sanitario “puede causar absentismo laboral dejando de proveer una actividad de necesidad como es la asistencia sanitaria o dispersar la enfermedad entre su familia u otras personas del entorno”.

Aunque en las instituciones abiertas es complicado seguir la línea de contagio del virus, advierte el doctor Plans, “en instituciones cerradas se ha comprobado que con campañas agresivas de vacunación en el personal sanitario hace que disminuya radicalmente la incidencia de gripe entre los pacientes ingresados”. Se estima que cuando se vacuna un porcentaje importante de profesional sanitario se reducen entre un 10% y un 20% de la incidencia de patología severa entre la población asistida por este profesional sanitario. En esta misma línea, el Documento recoge un estudio realizado en centros geriátricos que ponía de manifiesto que con una cobertura del 61% de vacunación del personal, se redujo la mortalidad esperada en un 3% en el periodo analizado”.

¿Por qué no se vacunan los profesionales sanitarios?
Entre los motivos que esgrimen los profesionales para protegerse mediante la vacunación, el 45% de ellos afirma que lo hace por un deseo de autoprotección y, en segundo lugar, el 15%, para proteger a los pacientes. Otras razones son proteger a los miembros de la familia, porque creen en la eficacia de la vacuna o porque consideran que recibir la vacuna es una responsabilidad profesional.

En relación a los motivos por los que los profesionales sanitarios rehúsan vacunarse, destaca que en un 69% de los casos se debe a que creen que no es necesaria. “En general, existe una percepción del riesgo muy bajo o nulo de poder tener una gripe”, recuerda el doctor Plans. Es tal el proceso de banalización de la gripe que, de hecho, un 75% de los profesionales acude a trabajar con síntomas, han apuntado los expertos en el Documento.

¿Obligar? Sólo excepcionalmente
Todos los expertos han coincidido en apostar por la información y la formación como vías para aumentar las coberturas vacunales. “Los profesionales sanitarios deberíamos ser más activos a la hora de divulgar la ventaja de la vacunación tanto de la gripe como de otras”, señala el doctor Plans, y añade que el ejemplo del profesional es muy importante para otros.

Si bien la opción de la obligación es controvertida, los expertos sí señalan excepciones “para determinados colectivos, como pueden ser los profesionales del servicio de Oncología- especifica el doctor Plans-. La obligación debería magnificarse o disminuirse en función del tipo del paciente con el que se trate”. Esta opinión también la comparte el doctor Garrido, para quien “una de las mejores formas de proteger a los pacientes, sobre todo a los de alto riesgo, es que el profesional esté protegido y vacunado, por lo que creo que la obligatoriedad de la vacuna estaría justificada. Algunos organismos sanitarios, como el Consejo General de Colegios de Enfermería, ya han propuesto la obligatoriedad de esta medida”. A pesar de ello, apuestan más por la convicción para que las decisiones sean duraderas en el tiempo.

Otras medidas para potenciar la vacunación pasan por informar de manera clara, breve, atractiva, y de forma continuada durante todo el año, insistiendo durante los meses de campaña. Desde del punto de vista de gestión del hospital, los expertos señalan en el Documento a la celebración de sesiones de información que deben ser programadas antes del comienzo de la época de vacunación, tratando temas de epidemiología, situaciones de graves complicaciones, la realidad de los efectos secundarios, el impacto de la vacunación de los médicos sobre la gripe nosocomial, etcétera.

En esta línea, el doctor Garrido indica que “la responsabilidad del gestor sanitario es muy importante en la vacunación del profesional: debe fomentar la vacunación y hacerle ver que el acto de vacunación es un ejercicio de autorresponsabilidad, ya que supone una protección del profesional que repercute en la protección indirecta del paciente”.

Por último, ambos especialistas han destacado que el porcentaje de vacunación del profesional sanitario debería ser un criterio de calidad asistencial. “La vacunación puede evitar infecciones en los pacientes atendidos, lo que supone una disminución de la morbilidad y una mejora en la calidad de la asistencia y, a su vez, de la eficiencia. Asimismo, la vacunación del personal sanitario limita la aparición de brotes intrahospitalarios, al interrumpir la cadena epidemiológica”, concluye el delegado Territorial de SEDISA en Madrid.

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